domingo, 2 de septiembre de 2007

LAS PELÍCULAS FAVORITAS DE LA JUNTA (1)

Iniciamos aquí una serie de comentarios sobre las películas favoritas de la Junta Gestora del blog. Hoy:


ORDET (La palabra) 1955 - Carl Theodor Dreyer


No tengo palabras para describir el éxtasis que experimenté la primera vez que vi esta película. Fue en televisión. Eran mis primeros pasos en el mundo del cine, allá por el 93 (o 94, o 95, o 96 no recuerdo ¡y que más da!) y el primer programa de J.L.Garci “Que grande es el cine”. No podían empezar mejor ambas singladuras. Fue tal el shock que recibí que desde entonces Carl Theodor Dreyer se convirtió en uno de mis directores de cabecera junto a W.Allen, J. Houston, K.Mizoguchi, S.Spielberg y Mariano Ozores, entre otros. En segundas y terceras (y cuartas y quintas revisiones) mi admiración fue creciendo y no solo en el aspecto estético si no en un ámbito más profundo.

Cuenta la película la historia de dos humildes familias danesas enfrentadas por motivos religiosos, en concreto la concepción de dios que cada una tiene. Entre medio, el amor entre el hijo y la hija de una y otra familia, la locura de Johannes y la crisis religiosa que sufre una de las familias a causa de la muerte de una de las protagonistas.

Pero más allá del retrato que realiza el maestro danés de la religión, sus íntimas manifestaciones y los conflictos que ésta genera en lo más profundo de las personas mi lectura es la de una exaltación de la fe sin parangón en el cine. Y si a primera vista parece un alegato a la fe religiosa (no en vano Dreyer es un maestro en la representación de la religión en el cine como acto íntimo y personal) mi lectura es más general (y prosaica si queréis). Es la fe lo que mueve a las personas y la creencia profunda de que las cosas sucederán. Tener fe es primordial para tirar adelante en cualquier proyecto, sea vital, profesional o llamadlo como queráis. Tener fe es básico para creer que todo lo que hacemos llegará a buen puerto. Luego la vida ya se encargará de tumbarnos cuando menos lo esperemos, pero sin esa fe no daremos el primer paso ni el segundo.

Dicen que la fe mueve montañas, tal es su poder. Pero insisto, no me refiero a una fe religiosa si no más bien a la fe que podamos tener en nosotros mismos y en los que nos rodean que nos dará el empuje necesario para poner en marcha nuestra vida, nuestras ilusiones, nuestros proyectos.

La secuencia final del milagro es una muestra del poder de la fe. Tan solo Johannes, el “loco” que se cree Jesús, y la hija de la fallecida tienen fe suficiente para creer en la resurrección de la finada. La fe del que es despreciado por no tener un comportamiento estandar pero que cree en si mismo como no lo hacen los demás y la fe de la inocencia infantil que cree que todo puede pasar solo con creerlo y desearlo.

En el aspecto formal de la película remarcar la austeridad de la visión cinematográfica que tiene Dreyer patente ya desde sus primeros trabajos y que alcanzaría su cenit en “Gertrud” (1964) obra póstuma y considerada su mejor película. Pero no se trata solo de una austeridad en cuanto a elementos fílmicos o escénicos (que también) si no en relación a la expresión de unos sentimientos que parecen contenidos pero que retratan perfectamente la psicología de unos personajes torturados por el tambaleo de su fe. Los diálogos, reducidos a su mínima expresión, expresan solo lo que es vital para el desarrollo de los personajes y de la película. No hay frases superfluas ni innecesarias. Todo está puesto y dicho para que los personajes evolucionen hasta el clímax final representado en el milagro.

Se podrían explicar muchas más cosas tanto a nivel cinematográfico (como el uso del plano secuencia, los movimientos de cámara, el espacio escénico, etcétera) como a nivel temático (Kirkergard, puritanismo, intransigencia…) pero no es esa la cuestión que me ha llevado a comentarla. FE, y solo eso, es lo que nos mueve y nos puede hacer alcanzar los deseos y anhelos que todos tenemos. Tened fe y triunfareis, aunque solo sea a nivel personal.




Os enlazo los 8 minutos finales. Si conseguís pasar del segundo minuto sin dormiros lo consideraré un éxito. Si no, no os preocupéis, ya vendrán otras películas más divertidas.

ORDET

2 comentarios:

PENELOPE dijo...

Ud. perdone, pero ni segundo minuto ni primero, el enlace no funciona.

Luego no se queje ;)

PENELOPE dijo...

He vuelto.

Visto el vídeo...he de decir que nunca he visto una película de Dreyer,ni siquiera ninguna de Bermang entera,que es a lo que me ha recordado...

Pero lo que explicas sobre los diálogos escuetos,sólo con el mensaje necesario, sí me llama la atención...y el tema también.

Cuando llaman a Johannes blafesmo y el contesta que los blafemos son ellos por no creer en la resurreción de la mujer,me ha parecido genial.

Muy bueno ese alegato sobre la fe que has hecho en el post...pero demuestras ser un hombre DE POCA FE, al pensar que somos incapaces de aguantar 8 minutos de película ;)