TRUE ROMANCE (Amor a quemarropa) by HRubesch

Lo que le ocurre al protagonista de este enorme film durante los primeros 15 minutos es lo que yo siempre he soñado: Clarence (Christian Slater), un humilde trabajador de una tienda de comics, se va al cine del barrio a tragarse una sesión triple de pelis de Kung-Fu el día de su cumple. Ahí conoce por casualidad, o no, a una rubia, Alabama (Patricia Arquette), con la que pasará una noche de sexo notable. Resulta que ella es una puta contratada por el jefe de Clarence como regalo de cumpleaños (a ver si las empresas de este país toman nota). Pero entre los dos nace el amor, sí, sí, sí, viva!, y fíjate, deciden unirse para siempre en matrimonio.


Entonces empieza lo bueno. Siguiendo las órdenes del fantasma de Elvis Presley (val Kilmer), Clarence se va a casa de del chulo de Alabama (Gary Oldman) para recoger sus efectos personales y rescindir el contrato que les une profesionalmente. Como el chulo no atiende a razones, se lía una de hostias brutal, donde sólo sale vivo Clarence, pero se lleva una maleta equivocada. En lugar de los tangas de la rubia, la maleta está llena de coca. Y además el gilipollas de Clarence se deja el carnet de conducir en el lugar de los hechos.

Los recién casados deciden largarse a Hollywood pues saben que ahí la gente, además de aire, agua y pan, necesitan coca para subsistir. La intención es sacarse de encima todo el cargamento a buen precio, y con la pasta montar un nido de amor lejos de allí. En un momento dado proponen Cancún como destino final, lo que me hace suponer que si la acción se hubiese desarrollado en la piel de toro, el destino hubiese sido Marina d'Or. Este dato es importante para hacerse una idea de la calaña de esta gente.



Como la cantidad de coca que llevan encima es tremenda, a nuestros amigos les persigue la mafia y sus sicarios (Christopher Walken, James Gandolfini). Además en L.A., la poli (Chris Penn, Tom Sizemore) se entera de que se llevará a cabo una transacción de droga de tamaño bestial. O sea, que el día de la compraventa se dan cita nuestros 2 protas, sus amigos y contactos con el mundo de Hollywood, el productor de cine (Saul Rubinek) que va a comprar la coca, famoso por su peli "Vietnam me mata", los gorilas gilipollas de éste, la poli y finalmente una colla de mafiosos. Los únicos que consiguen salir vivos de la orgía de sangre y fuego son Clarence y Alabama, que, con la pasta y lo puesto, consiguen su objetivo final. El amor ha triunfado.


A mí me encantó. El ritmo es trepidante, y la estructura de la peli consigue combinar diferentes estilos de manera exitosa: amor, acción, mafia, road movie, etc. El guión es del amigo Tarantino, cosa que se nota en algunos detalles muy curiosos: las hamburguesas (después de cargarse a Oldman, nuestro prota se come una, como Vince Vega y Jules al principio de Pulp Fiction) y Sonny Chiba, el protagonista de las 3 pelis de Kung-Fu es el mismísimo Hattori Hanzo de Kill Bill.



Además, la peli cuenta con un montón de actores que hacen pequeños papeles pero de gran calidad. Una de las mejores escenas del film es el interrogatorio al que es sometido el padre de Clarence (Dennis Hopper) por parte de uno de los jefes mafiosos (Christopher Walken). Igualmente notable la interpretación de asesino despiadado de Gandolfini, y un colgado muy colgado Brad Pitt.

Gran trabajo el director Tony Scott, ese hombre que se hizo especialmente famoso por otra joya del séptimo arte como es Top Gun.